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Firma y fecha: RHL 1632
Tabla, 48,7 x 40,2 cm.













- Los expertos rechazan la atribución de este cuadro a Rembrandt.

- A pesar del efecto blado y vaporoso, ajeno a Rembrandt, se percibe una finura tan magistral en la ejecución, tanto en la pincelada como en el tratamiento de las densidades y el color, que sólo puede ser debida al maestro (¿quién, sino Rembrandt, puede tratar la materia en el cráneo de una manera tan económica y precisa, con las pinceladas en la dirección de la luz?). Existen muchos ejemplos en los que, como aquí, hace ejercicios de elasticidad con su estilo.